LA GUARDIA CIVIL DE MICHIGAN.
En vísperas de la festividad nacional y de la celebración de Nuestra Señora del Pilar, patrona de España y de la Guardia Civil, escribo estas breves líneas que para mí vienen a cuento sobre la estimación que tiene este Instituto Armado de nuestro país.
Si este invento hubiera sido de los norteamericanos que tanta admiración profesan a sus fuerzas militares como por ejemplo el 7º de Caballería, el General Custer o Patton, paradigmas de brutalidad allá donde los haya, nos hubiéramos hartado de ver películas de guardias civiles con Sean Conery, Brad Pitt o Angelina Jollie a la cabeza.
Pero no. Esto es un invento de España y la cosa cambia. Aquí tenemos gusto por apalear lo nuestro. Ya saben aquello de que: “sí alguien habla bien de Inglaterra es ingles, si alguien no habla de Alemania es alemán y si alguien habla mal de España es español”.
Cuando menos llama la atención que Franco quisiera eliminar a la Guardia Civil por “republicana”, descontento por el papel jugado por los uniformados verdes en los momentos iniciales del Alzamiento (evitaron el éxito del mismo en muchos lugares, como por ejemplo en Cataluña). Y Felipe González pensó lo propio de la Benemérita por “franquista”.
A Dios gracias ni el uno ni el otro hicieron efectivos sus fatídicos planes. Más bien al contrario acabaron descubriendo la valía del cuerpo y sucumbiendo a sus incomparables méritos. Y a Dios gracias tampoco consiguieron acabar con ella ni los bandoleros del siglo XIX (bien presentes también en el siglo XXI, eso sí con corbata y de guante blanco), ni los “maquis” ni los asesinos de ETA.
Que la Guardia Civil sea el elemento militar español más reconocido por la OTAN y modelo de implantación para la policía rural de Iraq, Kosovo, Bosnia o Afganistán no es casualidad porque en la OTAN son conscientes del papel tan destacado jugado por la Guardia Civil en la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado. En materia militar es sin duda lo más exportable que tenemos. Quizás el éxito ( externo, claro está) tenga mucho que ver con el origen humilde, abnegado, disciplinado y sufrido de los miembros de la Guardia civil, acostumbrados a bailar con las más fea y la “fea” en este caso es el terrorismo, las mafias, la canallesca y el trafico de drogas, por ejemplo.
Por el "papanatismo patrio" que padecemos que es lo mismo que decir por el escaso reconocimiento público que les profesamos a nuestros guardias civiles, entrañables campesinos y obreros dedicados a salvaguardar nuestros bienes más preciados, entre los que se encuentra la misma vida, yo sí que me atrevo a hacer explicito su reconocimiento. Que este homenaje sincero sea causa de que me tilden de “facha” a mí me importa un cuerno.
La solución para superar tanto desdén social, quizás pase por crear el correspondiente regimiento de “guardias civiles de Michigan” y seguro que entonces causará furor ser miembro de tan benemérito cuerpo.
1 comentario
Carlo Fernandez -
Un abrazo