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EL BLOG DE JULIO J. HENCHE MORILLAS

2 DE MAYO DE 2008. RINDIENDO MEMORIA A NUESTROS ANTEPASADOS.

Habrá a quien las conmemoraciones históricas les importe una “higa”, de la misma manera que a mí me importa un “carajo” el último premio de motocicletas GP, por ejemplo. Algunos pueden tributar sin complejos su admiración a sus ídolos (futbolistas, artistas, macarras o tonadilleros) pero a mi hoy me apetece honrar con toda “modestia” la memoria de aquellos compatriotas que dieron su vida, tal día como hoy hace doscientos años, para defender su patria, sus instituciones, su religión, su familia. En definitiva, su identidad.

            Carentes muchos ciudadanos españoles en la actualidad de los elementales conocimientos históricos y mucho menos de conciencia sobre el ingente valor de aquellos acontecimientos, no está de más que se llame de vez en cuando la atención del ignorante para que sepa lo que hicieron sus más directos antepasados.  Si por mi fuera que se celebrasen todos los días homenajes y conmemoraciones en honor de aquellos que asumieron semejante sacrificio yendo de cabeza al matadero. No hacen falta desfiles, ni discursos ni “suplementos”. Solamente recordar lo que hicieron. Que no fueron ni aristócratas, ni realezas, ni dirigentes ni alto clero. Fueron los “plebeyos”. Es decir, el pueblo, incluidos mendigos y presos. “Populacho” puro y duro con un puñado de “soldados”, eso sí con dignidad y “huevos”, asumiendo su fatal destino. La muerte. El entierro – Daoiz, Velarde, Manuela Malasaña, Clara del Rey por ejemplo-

            Esto significa que hace 200 años, tanto en Madrid, Zaragoza, Gerona, Córdoba y muchos otros rincones, murieron miles de españoles por España, por la honra y la libertad. Aquellos sacrificios merecen la memoria de un pueblo. Y así lo reconoció el emperador enemigo, Napoleón, que escribió de los españoles “que todos los españoles reaccionaron al unísono como un hombre de honor”. Descansen en paz con el respeto de nuestra eterna memoria.

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