ROSA DIEZ Y EL CABALLO DE ESPARTERO

           En política vale más el liderazgo genuino y la integridad personal que muchos programas políticos que luego se convierten en meras declaraciones de intenciones y puro papel mojado.

 

            El anuncio de Rosa Díez de fundar un nuevo partido político es una noticia que merece comentario. A nadie le ha dejado indiferente.

 

            Por mi parte declaro que tengo verdadera admiración por esta líder y que sin duda forma parte del reducido número de personalidades que son acreedores de sincera confianza por su coraje y valentía. Liderazgo de los que se cuentan con los dedos de una mano, y sí me apuran yo diría que sobran “dedos”. Vamos, que por mi parte digo sin miramientos y tapujos que son de los personajes públicos que merecerían dirigir los destinos de esta nación y que a Dios gracias, se llama España – Ruego al Altísimo que así sea por los siglos de los siglos-.

 

            Su coraje, arrojo, determinación y gallardía dejan en mantillas al mismismo “caballo de Espartero” (para decirlo “suavemente”. Ustedes me entienden… a “ buen entendedor” pocas palabras bastan”…) .Le ha echado “bemoles” para enfrentarse , primero a los mafiosos de ETA y su entorno, y segundo para decir las “verdades del barquero” a los máximos responsables – o mejor dicho “ irresponsables”- de su partido, entiéndase preferentemente al “ sin par” Zapatero.

 

            Para los ajenos a la mecánica interna de los partidos y para que comprendan el alcance de su gesto, debo decirles que la honrosa y valiente actitud  de Rosa Díez renunciando voluntaria e innecesariamente a su poltrona “europea” ha conllevado la renuncia a unos emolumentos que reporta “la nada despreciable cantidad de ” 272.000 € anuales ( es decir , 42.500.000 de las “ antiguas” pesetas) más gastos de representación ( otros cuantos miles” de euros) y consiguientes viajes sin coste alguno. Actitud admirable se mire por dónde se mire y de la que deberían tomar nota los lacayos del “plato de lentejas”, tan extendidos por estos “lares”.

 

            Rosa Díez es socialista, y yo no, pero eso no quita para que quiera decirle con total respeto y admiración: Rosa, “Chapeau”, y que castizamente se traduce en la expresión de “quitarse el sombrero”. Ya sabes Rosa, decirte nada más eso de: “ Suerte, valor y al toro”.